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Guía para utilizar una bicicleta sin pedales

Si tienes hijos, sabes que todos quieren una bicicleta en un momento dado, particularmente si lo has acostumbrado a andar en esta contigo. Sin embargo, surge el problema de que al iniciarse en su aprendizaje muchos tienen problemas para manejar el equilibrio.

Tradicionalmente los niños han aprendido a andar en bicicletas a los que se acoplan ruedines que les dan mayor estabilidad. No obstante, al retirarlos para que los chicos se desplacen con los pedales, surgen nuevamente los problemas para mantenerse equilibrado.

Por esto, los expertos en capacidades psicomotoras infantiles han desarrollado las bicicletas sin pedales o de entrenamiento. Estas son pequeñas bicis que no tienen pedales, por lo que el niño debe impulsarlas con su propio cuerpo.

Las mismas están recomendadas para niños a partir de los 18 meses hasta aproximadamente 5 años de edad. Al elegirlas debes tomar en cuenta la altura del sillín a fin de que los pies del chico lleguen con comodidad al suelo, así como el peso, tipo de ruedas y presencia de frenos.

Las bicicletas de entrenamiento han demostrado ser de gran utilidad para desarrollar el sentido del equilibrio de los niños, sin el peligro de sufrir caídas aparatosas. Además, mejoran su sentido de coordinación porque manejan las extremidades superiores e inferiores al mismo tiempo.

Otro beneficio de las bicicletas sin pedales es que ayudan a desarrollar el sistema psicomotor de los pequeños, siendo de utilidad para actividades como correr o caminar. Asimismo, se promueve el desarrollo muscular porque se debe hacer fuerza con brazos y piernas para desplazarse.

Los expertos en desarrollo infantil consideran que son la mejor opción para que tus hijos exploren el mundo de las bicicletas de la mejor forma posible. Por otra parte, tienes la opción de adquirir una bici evolutiva que al principio funciona sin pedales y cuando el niño ya maneja el equilibrio, se le pueden incorporar.

Al momento de comenzar a utilizar las bicicletas de entrenamiento, puede que algunos padres tengan dudas de cómo hacerlo. A continuación te presentamos una guía completa para utilizar de la mejor manera una bicicleta sin pedales:

Toma en cuenta la edad de uso

Lo mejor es que el niño comience a familiarizarse lo más temprano posible con este tipo de bicicletas. En este artículo de las mejores bicis sin pedales recomiendan su uso a partir de los 18 meses de edad, pero puedes traerla a casa cuando aún este más pequeño y permitir que se familiarice con la bici poco a poco.

Déjala en un sitio donde el chico pueda explorarla cuando lo desee bajo tu supervisión y vaya entiendo su forma. Así no tendrá temor cuando salgan por primera vez al parque para subirse a la bici y ya estará familiarizado con todas sus partes y las funciones que cumplen.

Primeros pasos para el uso de la bicicleta

  • Coloca el casco de protección ajustándolo bien y explicando al niño que es necesario para protegerlo si llega a caerse accidentalmente.
  • Ajusta la altura del sillín para que al sentarse sobre el asiento, los pies lleguen con facilidad al suelo. Para esto, haz que el chico se coloque con la bicicleta entre las piernas hasta que hagas los ajuste.
  • Enseña al niño a subirse a la bici inclinándola hacia uno de los lados y haciendo que levante el pie contrario hasta colocarse entre los dos lados.
  • Luego haz que el niño se coloque en el asiento sosteniendo la bici por el manubrio para mantenerla estable. Para ayudarlo la primera vez, puedes colocarte en la parte posterior de la bicicleta y guiarlo a tomar la postura correcta.

Una vez que el niño ya se encuentra sobre la bici, debe comenzar a desplazarse. En este sentido, se ha evidenciado que los niños pasan por cuatro etapas durante el uso de las bicicletas de entrenamiento.

Las mismas tienen distinta duración en cada chico y les permite ir adquiriendo el sentido del equilibrio y la coordinación. Las etapas de aprendizaje son las siguientes:

Pararse y caminar

Cuando los chicos están sobre la bicicleta, los primeros movimientos que realizan son pararse sosteniendo el manubrio. Posteriormente comienzan a caminar y generalmente no se apoyan en el asiento.

Esta etapa es variable, pero suele ser la más larga en el proceso de entrenamiento de los pequeños en el uso de la bici. Lo más conveniente es no forzarlo a hacer otros movimientos hasta que el niño lo desee y sacarlo al parque con la bicicleta con la mayor frecuencia posible.

Sentarse y caminar

En esta segunda fase del entrenamiento, el niño se apoya sobre el asiento y son capaces de seguir caminando. Suele ocurrir entre los dos hasta los tres años y es cuando el pequeño comienza a captar que la bicicleta puede ayudarlo a desplazarse con menor esfuerzo.

En esta etapa es conveniente que el niño juegue con otros chicos de su edad que también utilizan la bicicleta de equilibrio. Así, podrán comparar sus avances y hacer competencias que lo ayudarán a desarrollar sus habilidades.

Sentarse, correr y mantener el equilibrio

En esta fase el chico aprende a manejar el equilibrio y a desplazarse mucho más rápidamente utilizando la bicicleta. Se puede mantener sentado y correr, sintiendo que se puede mover mucho más rápido y con menor esfuerzo.

Suele ser una etapa muy corta porque el niño ya se siente mucho más seguro y en poco tiempo puede sentir la necesidad de explorar otros movimientos. Es conveniente llevarlo a lugares muy abiertos y planos, donde puedan desplazarse sin correr peligro.

Deslizarse y explorar

Ya cuando el pequeño ha conseguido entender la manera de mantener el equilibrio, comienza a explorar nuevas formas de desplazarse. Para esto, va a comenzar a deslizarse tomando impulso y separando los pies del suelo.

Esta es una etapa adecuada para que los chicos se muevan por senderos o se deslicen por rampas pequeñas. También ya aprenden a utilizar mejor el freno para detener la bicicleta de forma adecuada y adquieren una mayor coordinación.

No hay un momento preciso para que los niños dejen de utilizar la bicicleta sin pedales, aunque ya a partir de los 6 años se considera un buen momento para pasar a una nueva fase. Igualmente, es importante hacerlo poco a poco y que el niño vaya desarrollando a voluntad la necesidad de asumir nuevos retos.

¡Comparte, aprende y diviértete!
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