Los prismáticos son un artículo polivalente y muy práctico para todas las edades pero sin duda a los pequeños de la casa pueden hacerles especial ilusión. Si quieres sorprender a tus hijos con unos prismáticos infantiles o necesitas adquirir unos para sus excursiones a continuación te presentamos una completa guía para comprar prismáticos infantiles. Sigue leyendo para encontrar los mejores consejos y recomendaciones para comprar prismáticos infantiles de máxima calidad.
El primer punto que te recomendamos tener en cuenta a la hora de comprar prismáticos infantiles es tanto el peso como también el tamaño de los prismáticos, siempre dependiendo del uso que les vayan a dar. Los prismáticos muy pesados no son una buena opción para los niños, sobre todo si son pequeños, porque no podrán sujetarlos bien, se les caerán todo el tiempo y no les permitirán observar de forma óptima.
Es fundamental por tanto elegir prismáticos compactos y ligeros para que los niños puedan usarlos cómodamente. Seleccionar prismáticos que vayan a poder llevar a todos lados con ellos es la clave para que se aficionen a usarlos. Este tipo de prismáticos se los podrán colgar al cuello para observar cualquier cosa con comodidad, pero también podrán correr y jugar con ellos de forma sencilla. A la hora de escoger unos prismáticos infantiles recomendamos que éstos no pesen más de 300 gramos nunca, sea cuál sea el uso que vayan a darles los niños.
Uno de los puntos a los que normalmente no se presta mucha atención por tratarse de prismáticos pensados para niños es la calidad óptica. Esto es un error porque para que los prismáticos sean seguros para la vista del niño deben ser de buena calidad. Si miran a través de lentes de baja calidad esto pude provocarles lesiones en su visión.
Además a la hora de elegir unos prismáticos lo que se busca es que los niños puedan ver cosas a una gran distancia y con prismáticos de mala calidad no conseguirán ver nada y se aburrirán enseguida abandonándolos en algún cajón. Conforme los niños vayan creciendo la calidad óptica irá ganando importancia y les permitirá apreciar mejor las aves, los insectos, las montañas e incluso las estrellas. Los prismáticos con una buena calidad óptica incorporan tratamientos químicos en las lentes que permiten que la transmisión de la luz sea mucho más fluida. De esta forma es posible conseguir imágenes mucho más nítidas, más luminosas y con mejores contrastes.
Un punto fundamental a la hora de elegir cualquier tipo de prismáticos, y por supuesto también los prismáticos infantiles, son los aumentos y la apertura. Según los aumentos y la apertura de unos prismáticos su calidad, su campo de visión y su tamaño variarán. Los aumentos se utilizan para poder ver las cosas de más cerca con lo que lógicamente, cuantos más aumentos tengan los prismáticos más cerca se verán las imágenes. La tendencia global es a pensar que cuantos más aumentos tengan por tanto los prismáticos infantiles mejores serán pero esto también es un error. Un prismático con excesivos aumentos tendrá un campo de visión muy estrecho y por tanto lo mejor es que los prismáticos de los niños no tengan demasiados aumentos porque de esta forma será mucho más sencillo para ellos mirar y poder ver de manera óptima y más rápida todos los objetos que quieran observar.
Por otro lado también es muy importante tener en cuenta la apertura a la hora de comprar prismáticos infantiles. Cuanto mayor sea la apertura de unos prismáticos mejor entrará la luz y mayor será la luminosidad de las imágenes. Ahora bien, con las aperturas muy grandes los prismáticos serán muy pesados para que los niños puedan transportarlos, con lo que en este punto la clave será encontrar unos prismáticos equilibrados entre apertura y peso.
Por último, a la hora de comprar prismáticos infantiles resulta fundamental seleccionar siempre modelos que sean especialmente resistentes. Algunas alternativas interesantes son los prismáticos recubiertos con goma, ya que amortiguarán a la perfección los golpes y las caídas (algo bastante común si van a manejarlos los niños). Asimismo, las gomas que incorporan suelen ser antideslizantes, con lo que les permiten sujetarlos mejor. También es muy importante que los prismáticos sean siempre resistentes al agua para que los niños puedan usarlos si llueve o en la playa.
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