Temido por todos los animales de la selva un fiero león empezó a rugir con fuerza, sin conocerse el motivo del barullo.
Un ciervo que pasaba por allí lo vio y manteniendo una distancia prudencial afirmó:
– ¡Pobre de nosotros los animales de esta selva, que ya cuando veíamos al león tranquilo y sereno le temíamos! ¿Ahora qué haremos?
Tanto el ciervo como el resto de los animales comprendieron que siempre puede haber un mal mayor y a partir de ese escándalo del león comenzaron a pensar mejor antes de quejarse por sus problemas cotidianos. Asimismo, fueron lo bastante inteligentes como para mantenerse lo más a salvo posible cada vez que el fiero animal se proyectaba de esa forma.
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Hola, me gusto mucho la fabula.
La fabula esta padre pero no tiene moraleja que es lo que mas importa